miércoles, 5 de noviembre de 2025

¿Se puede hacer un museo con cualquier cosa?



Desde el Museo y Archivo Histórico de Bahía Blanca nos proponemos, de la mano de Daniel Caico, hacer tangibles preguntas como esta y llevarlas a la calle, hacerlas taller para preguntarnos y respondernos, como sería ese museo que imaginás o tenés en algún rincón de tu casa, de tu comercio, de tu escuela.
Fabricar un museo minúsculo o inmenso, concreto o imaginario, donde se encuentren y se vean reflejados y se discutan un país, una ciudad, un barrio, un club, una familia o, incluso, una sola persona. El museo como espacio dinámico y en constante construcción o un museo de cera, estático ante el paso del tiempo….

Brazos y cerebro en movimiento, para esta hermosa y desafiante tarea de construir un museo.






Y aquí la voz y la palabra de quienes también quisieron responder esta pregunta:




 Reynaldo Merlino dice:

- ¿Se puede hacer un museo con cualquier cosa?
- Primero, creo que usted es un poco exagerado, pero sigamos adelante. Sí, se puede hacer un museo con cualquier cosa. ¿Por qué razón? Porque en realidad, detrás de los objetos hay una intención, hay una propuesta, si tiene en la cabeza algo que no sea estrictamente un concepto académico, que sea un concepto vital, se puede hacer un museo con cualquier cosa. 

Nicolas Testoni dice:

¿Se puede hacer un museo con cualquier cosa?

Puede que el asunto dependa menos de la cosa considerada que del museo en cuestión. Porque un museo capaz de hacerse con cualquier cosa probablemente no resulte cualquier museo. En principio, se trataría de un museo atento a reflexionar sobre las jerarquías que, de manera solapada, los museos consagran. Es que, aún si no resulta rentable, no hay museo que no trate sobre las nociones de propiedad y de valor. En la más primaria de las operaciones museológicas, aquella que decide apartar del orden cotidiano determinados objetos para preservarlos del paso del tiempo, cristaliza ya cierta noción de lo que los integrantes de una sociedad consideran bello, memorable o relevante; es decir, valioso. Pero también, cierta idea acerca de quiénes detentan, dentro de dicha sociedad, el privilegio de poseer y la potestad de sancionar ese valor del que se suele afirmar que "no tiene precio". 

Entonces, que a alguien le parezca extraña la idea de que un museo pueda hacerse con cualquier cosa  quizás se deba al hecho de que, a través de los objetos, los museos objetivan también posiciones de sujeto, jerarquías entre las propias personas. En su oficio mudo, las piezas del museo nos dicen a qué mundo pertenecemos pero, también, qué nos distingue, cuál es el lugar que nos toca dentro de él. Por eso, aunque imposte neutralidad, la constitución del patrimonio de un museo suele ser polémica. Un museo se constituye sobre la distinción entre lo que importa y lo que no. Pero esa distinción, a la vez que inevitable -porque no todo cabe en un museo-, no es fija sino histórica y en esa historia caben las luchas de cada sector por el reconocimiento de su legitimidad. Sospecho entonces que la respuesta a la pregunta pícara que sirve de disparador para este taller que propone Daniel no puede ser sino paradójica: sí, quizás resulte posible hacer un museo con cualquier cosa, pero esa cosa, por el sólo hecho de pasar a ser parte de un museo, dejará de ser cualquiera para adquirir un estatuto que la distinga de las demás. O algo así.



sábado, 1 de noviembre de 2025

"COMO CABALGAR UN TIGRE"


 

“Como cabalgar un tigre. Trabajo y protesta en Bahía Blanca (1955 – 1976)” es una visita guiada por el MAHBB para conocer la experiencia de los trabajadores bahienses a mediados del siglo XX. Un ancla, una llave inglesa, bolsas de arpillera y un balde serán las ventanas para mirar ese mundo de fábricas, talleres y puertos donde miles de trabajadores y trabajadoras, con sus labores, luchas y esperanzas, forjaron la historia reciente de la ciudad.