INUNDACIONES QUE SOPORTO BAHIA BLANCA
La Nueva Provinca, 9 de abril de 1944:
“Cuando el Napostá crece, hincha el lomo, discurre con
turbulencia, significa un inminente riesgo de desbordamiento. Y esto ocurre
desde hace más de sesenta años atrás. (…) nos vamos a referir a las grandes
crecidas de un arroyo que, en la mayor parte de año arrastra, cansino, una
serena lengua de agua.
La gran
inundación del año 1883 (septiembre)
El primer gran desbordamiento del Napostá Grande que se recuerda se produjo en el año 1833. Bahía Blanca era, por ese entonces, un centro acuciado por un fuerte espíritu de progreso. En ese entonces -el mes de septiembre – se estaba dando término a los trabajos de construcción del primer ferrocarril a Bahía Blanca, el cual habría de representar inmediatamente un vigoroso factor de incrementación del progreso material de la ciudad y de la región que daba ya, generosamente su fruto cereal. Después de una gran lluvia el Napostá empezó a crecer con gran fuerza. No se adoptaron, entonces, por lo menos con previsión, ninguna medida, pues no se creía en ninguna catástrofe. Por lo demás, habrían sido inútiles, dada la violencia con que, en un momento dado empezó a desplazarse la masa de agua. Sus consecuencias en pocas horas fueron la destrucción de ciertos tramos de vía aún no consolidados, de varios terraplenes y el arrasamiento de las viviendas de los peones ferroviarios. El Ferrocarril del Sud se vio obligado a realizar muchas reparaciones que implicaron la postergación hasta el año siguiente de 1884 del acto de habilitación del primer ferrocarril terminal a Bahía Blanca. Al año siguiente volvió a repetirse en los días 23 y 24 de marzo, la inundación, pero sin revestir la importancia de la de 1O
En esa ocasión hubo mucha mortandad de aves y debieron
habilitarse diversos locales céntricos para albergar momentáneamente a familias
cuyas viviendas de modesta construcción habían sido anegadas.
En los ultimos años del siglo pasado y principios del presente, volvieron aproducirse inundaciones. Carecieron sin embargo de importancia consideradas desde el punto de vistta de sus consecuencias concretas. En algunas circunstancias los pobladores vivieron horas de profunda inquietud produciéndose la evacuacion de no pocsas casas de las establecidas en las zonas más bajas e inmediatas al Napostá.
Después de 1883, la inundación más importante ocurrió en el mes de septiembre de 1911. En esa ocasión hubo mucha mortandad de aves y debieron habilitarse diversos locales céntricos para albergar momentáneamente a familias cuyas viviendas de modesta construcción habían sido anegadas.
En 1915, durante los meses de febrero y septiembre, el Napostá Grande volvió a salir de su cauce. El agua corrió con ímpetu e inundó extensas zonas. No hubo que lamentar desgracias personales pero como en las ocasiones anteriores los daños fueron de cierta importancia para las familias humildes establecidas en los parajes ribereños.
En septiembre de 1923 volvió a desbordar aquel curso como consecuencia de una precipitación pluvial. Dos años después, en el mes de marzo de 1925 hubo una reedición del fenómeno de proporciones inquietantes. En 1933, el último año de una gran inundación, el Napostá Grande afectó a todos los barrios obreros y una importante zona del sur de la provincia. Posteriormente hubo otros desbordes pero sin que alcanzaran mayor. importancia.
Características de la inundación de 1933
Los desbordes del Napostá producidos en 1933 - el primero en el mes de marzo y los segundo de menor importancia al promediar el mes de abril de ese mismo año - serán recordados siempre por los vecinos de las villas obreras ribereñas. Los daños materiales fueron muy importantes y hubo víctimas personales.
Marzo de 1933
La inundación tomó casi de sorpresa a los habitantes de esas
zonas [villas obreras ribereñas]. Había llovido con regular intensidad en la
noche y en la madrugada del 18 de marzo comenzó a crecer el Napostá Grande.
Cuando algunos vecinos se percataron de la situación, tenían el agua en las
propias habitaciones. Cundió inmediatamente la alarma. (…) si la precipitación
que abarcó solamente la zona más inmediata a Bahía Blanca -de Napostá y
Vitícola a esta parte – hubiera caído también con intensidad sobre las sierras,
“la inundación hubiese asumido caracteres catastróficos”.
En 1933, más de 400 familias damnificadas
Más de 400 familias damnificadas. La inundación duró varios
días. En el proyecto de ley presentado dos años después por el entonces
diputado Carlos Cisneros para la construcción de obras de embalse y defensa del
Napostá Grande se expresaba entre otras razones de fundamento del proyecto lo
siguiente: “la inundación anegó en la parte céntrica de la ciudad las avenidas Alem,
12 de octubre y las calles Corrientes, Buenos Aires, Alsina, Las Heras y todas
las que circundan la estación del F. C Sud. Asimismo, se inundó el Parque de
Mayo y los barrios de Tiro Federal, Villa Mitre y Villa Obrera y el pueblo de
Ing. White. Destruyó además tres puentes, las vías del ferrocarril en tres
puntos distintos y numerosas viviendas en los barrios obreros. El número de
personas ahogadas tuvo su importancia, como así mismo fue crecido el número de
animales principalmente domésticos que murieron ahogados.(...)
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