martes, 29 de abril de 2025

El Napostá, a la altura de calle Casanova (gentileza familia Romero)

 


Historias de un lado y del otro del Napostá

Ignacio Francisco Romero y Ángela Álvarez se casaron en 1938. Ese día luego de la boda por civil, fueron a tomarse una fotografía al curso del arroyo Napostá, en lo que hoy sería la intersección de las calles Casanova y Fuerte Argentino, de pie sobre esa especie de puente que unía ambas márgenes del arroyo

Se había conocido años antes. Ignacio vivía con sus padres y hermanos (Gaspar y Pepita) en 11 de Abril al 400, y Angela, del otro lado del arroyo (lo cual no era, en esos años un dato menor), en Rodríguez al 1200, con sus padres y su hermano Américo.

Cuando estaban por casarse, compraron una propiedad en Urquiza al 200 pero nunca llegaron a estrenarla, ya que Angela decía tener “mucho miedo a la inundación”. 
La vendieron y se fueron a vivir a 19 de Mayo al 1100, a metros de calle Cerrito, siempre muy próximos al arroyo, y años más tarde, con sus hijos Jorge y Carlos ya adolescentes, se mudaron otra vez, del otro lado, a Florencio Sánchez al 600. 

Y esto escribe Andrea Romero, su nieta:
"Hoy, eternizados en ese momento feliz, sobre un arroyo sereno, nos miran vívidamente desde nuestro Museo Histórico, para recordar que el arroyo suele estar calmo, pero a veces “hincha el lomo” y se transforma."

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