“La casa Bunge y Born tiene una fábrica de bolsas en la que se explota miserablemente a unos centenares de mujeres, la mayoría niñas aún, y éstas se han plegado a la huelga presentando conjuntamente con estibadores un pliego de condiciones. Ni una traiciona el conflicto, ni tampoco tienen miedo de concurrir a las asambleas; y es así que éstas son más agradables y nos regocija al ver a las compañeras, al as futuras madres, deliberando con sus compañeros de dolor y de explotación, con lo que quiere decirse que la mujer está predispuesta a la lucha. Lo único que falta es que las interesemos. Lo que es de lamentar es que nos preocupemos tan poco de ellas, pues, en esta localidad, salvando a tres o cuatro compañeros, a nadie más se les ve concurrir a nuestras conferencias con sus compañeras. Y no hay para ello justificativo que valga, pues ahí están las compañeritas en huelga que evidencian de que también ellas sienten la explotación y tienen cabeza para apreciar las luchas sociales. Entonces, compañeros, interesemos a la mujer y habremos dado un gran paso hacia la revolución social.
Estamos, al escribir esta crónica, en el día 28 de mayo. El paro es completo. Las asambleas son tumultuosas. Estibadores realizan continuos actos públicos, los que son imponentes.”
La Protesta – 30 de mayo de 1928
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