sábado, 27 de septiembre de 2025

CALFUCURA Y BAHIA BLANCA: GUERRA, COMERCIO Y DIPLOMACIA ENTRE VECINOS (1841-1873), a cargo de Sebastian Alioto


 CALFUCURA Y BAHIA BLANCA: GUERRA, COMERCIO Y DIPLOMACIA (1841-1873)


Calfucurá y Bahía Blanca, relaciones interétnicas y frontera, política y violencia, se encuentran geográfica y temporalmente para entablar un diálogo en el que nuestra primera historia emerge interpelándonos con preguntas cuyas respuestas nos resultan aún esquivas.
En el trabajoso camino de historiar e iluminar estas cuestiones llega por primera vez al MAHBB, Sebastián Alioto, doctor en historia, profesor de la Universidad Nacional del Sur e investigador del CONICET, especializado en historia indígena y de las fronteras de la región pampeana y norpatagónica (siglo XVI-XIX), con su charla "Calfucurá y Bahía Blanca. Guerra, comercio y diplomacia entre vecinos (1841-1873)".
El sábado 12 de julio a las 16hs en el MAHBB, Saavedra 951.




 A partir de la irrupción europea en nuestro continente, no solamente los recién llegados, también los americanos nativos se encontraron frente a mundos nuevos, en los que la presencia de gentes extranjeras supuso la necesidad de adaptarse a condiciones antes ignoradas (Merrell, 2000): un caso particularmente notorio fue el de los indígenas de la Araucanía chilena y de las pampas y norte de Patagonia. Crecientemente conectados entre sí, ellos lograron enfrentar primero la expansión imperial, y más tarde las no menos conflictivas y prolongadas vinculaciones ‒aún vigentes‒ con las repúblicas emergentes a ambos lados de los Andes, conservando su autonomía política durante más de tres siglos, con un éxito poco repetido a lo largo de la historia americana. En eso tuvo buena parte, antes que el rechazo y el aislamiento, la apropiación e incorporación creativa de un cúmulo de bienes (animales, plantas, materias primas, tecnologías, artefactos) y usos culturales provenientes del Viejo Mundo e introducidos por los invasores. En la situación de paridad militar que predominó hasta fines del siglo XIX, generando vastas y permeables fronteras regionales constituidas en espacios de fluidas interacciones, los intercambios comercial y simbólico, la diplomacia y la guerra representaron ocasiones de apropiación recíproca; generándose formas sociales y culturales en buena medida híbridas o mes tizas, aunque se mantuvieran, desde luego, las particularidades étnicas y culturales en mayor o menor medida. 




, las sociedades indígenas de la región pan-mapuche representan un caso especial, porque se transformaron profundamente a lo largo de varios siglos, conservando al mismo tiempo su soberanía. Gui llaume Boccara (1998) sostuvo que esa sorprendente supervivencia se debió a la capacidad de absorber los cambios y generar transformaciones –que vio como un caso de etnogénesis (Sturtevant, 1971)- en lo que llamó una “apertura caníbal” hacia el otro. La incorporación de rasgos culturales alógenos fue un instrumento cardinal para las adaptaciones indígenas regionales en una situación de contactos conflictivos, complejos, multipolares y prolongados con los euro peos y sus descendientes culturales. Lejos de cristalizar una cultura estática renuente a las modificaciones, las comunidades nativas supieron tomar y  usar en su provecho todos aquellos instrumentos que, aunque introducidos por sus oponentes, pudieran ayudarlos a transitar lo que sin duda recono cieron como una nueva época; mientras que a la vez buscaban conservar los rasgos básicos e irrenunciables de su propia configuración. De modo que los nativos no tuvieron grandes problemas en adoptar instrumentos de metal, armas, caballos, bienes de consumo como bebidas alcohólicas y tabaco, ropa (Tamagnini, 2020 es un estudio pionero en este sentido); pero no por ello depusieron características fundamentales de su cultura y forma organizativa, como la resistencia a vivir en ciudades, a la monetización y mercantilización total de su economía, o el abandono de la poliginia.
La historia de las Sociedades Indígenas pampeano-nordpatagónicas, montañesas y trans-cordilleranas a partir del siglo XVI en adelante se desa rrolló en el contexto de sus relaciones con las sociedades hispano-criolla y criolla, y se vincula con las profundas transformaciones que tradicional mente han sido examinadas, aunque de manera insuficiente, en el contexto del llamado proceso de “araucanización de las Pampas”. En Argentina, esta explicación antropológica e historiográfica es actualmente objeto de contro versia, en el marco de un debate más amplio que ya ha desencadenado una revisión exhaustiva del tema en todos sus aspectos.
La permanente interacción de sociedades indígenas descentralizadas con sociedades hispano-criollas y criollas estatales generó profundas trans formaciones en la vida de los nativos a todos los niveles de la organización social. Enumeremos algunas:
Apropiación de animales y ganado
Incorporación de textiles
Enfermedades 
Conflictos y armamentos
Comercio e incorporación de bienes de consumo
Viajes
Apropiación de personas

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