En 1992, la profesora Emma Vila (en aquel entonces directora del Museo y Archivo Historico de Bahía Blanca) entrevista a sra. Marcelina de Las Heras (1897-1996), quien ejerció su profesión de partera en la ciudad entre 1920 y 1985. (Edición de video: Alberto Freinquel y Miguel Tomé, abril de 2024)
"En Bahía Blanca llegamos en el año 1907, veníamos de España, de la provincia León. En ese momento estábamos en la casa de unos parientes dispuestos ya para viajar pero para viaja no a la Argentina, a Panamá, pero hubo un accidente, entonces mi padre dijo: nos vamos a la argentina a probar suerte. Primero llegamos a buenos aires, mi padre como inmigrante en un vapor alemán, nuevo, era el primer viaje que hacía, lo echaron a pique en la guerra del 14, un buque hermosísimo. Paramos en la inmigración paramos en lo de Prudencio González Martínez, en buenos aires, la señora se llamaba ventura, vivían en la calle Alsina entre Soler y San Martín. así que nos quedamos ahí hasta que encontramos casa y fuimos a vivir a la calle Fitz Roy, una casa que todavía se conserva, una casa con unas ventanas, todas de barrotes, ya después cuando se acomodaron, era cuando recién empezaban a poner gas, luz eléctrica agua corriente, en esa época el gas era el que alumbraba las callas.
A mi me mandaron al colegio de las hermanas.
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Después mi padre se puso una fabrica de licores y de soda, la primera en Bahia Blanca, en calle Angel Brunel mas o menos al 300 donde están las barracas, la firma era Stroeder y De las Heras, y hacían (no entiendo) traían todas las esencias de Alemania. Después de eso mi padre tuvo otras cosas mas se dedicó ya sus tareas
En cuanto a mi hice los grados, estaba estudiando en el colegio normal, me pusieron cuando vine de España un poco lejos., porque nosotros teníamos maestro en casa, nosotros vivíamos en la montaña pero teníamos de todo porque teníamos tren de alambre carril de trocha angosta, entonces paraban frente a casa, era el negocio para la gente que estaba empleada, gente de condición, ingenieros que venían de Alemania, de Francia, entonces mi mama tenía servicio, porque ella tenia a su vez une economato, una cooperativa para los obreros. En una de esas a mi padre no le fue bien y el negocio se acabo.
Entonces fue cuando yo, que estaba estudiando me fui a ver a Elías Gutiérrez y le dije que yo no quería estudiar más porque mi madre tenia que trabajar porque el dinero no alcanzaba porque mi padre estaba sin trabajo. ¿Qué sabes hacer? y, yo sé sumar, restar, multiplicar, dividir, se calcular, ¿Qué letra tenes? y más o menos, no tan mal, la mejoraré. Y cuanto queres ganar? y yo no se, quiero ayudar en mi casa, que mi madre no trabaje. Y bueno, me tomó, pase unos años ahí. Pero no era posible estar ahí, no se quien me entusiasmó y me fui a la plata a estudiar. Mi hermana ya casa se iba ya con la nena a la plata, parecía que se iba al fin del mundo, me fui con ella. Entonces dije: yo voy a estudiar. Un señor que tenía farmacia allá me dice: por que no estudias. Bueno, yo te voy a preparar. YO no quiero decir nada, le digo, en mi casa en Bahia, no quiero decir nada. voy a pedir el programa y usted me prepara. El me preparó yo no dije nada, di examen ahi, de farmacia. Estudiar farmacia. Una señora que estaba ahí vecina. Para que va a estudiar farmacia? Voy a empezar por lo menos. Esta el examen para estudiar de partera. Deje farmacia, y estudie partera. Y acá estoy. En esa época eran dos años. con practica. En Bahia vine en 1920. A mi me becó, como no tenía posibilidades, yo solicité al concejo deliberante, al intendente que lo pasó al concejo. El doctor Jonas, como yo era becada, fui a ofrecer mis servicios al hospital, y trabajé unos años gratuitamente en el hospital, devolviéndole lo que había hecho cuando me becaron, era poco, pero me sacó de apuro. El doctor Jonas era jefe de la sala de maternidad del hospital municipal, y la tía de él, era la seora de Larribité, el esposo de la señora era escribano, fue comisionado, no intendente, a mi me recomendó el doctor Jonas que era sobrino. Ella dije ¿Y esa chiquilina me va a atender? y bueno mandamela, yo era mas flaca que ahora. Si, esa chiquilina la va a atender. me conocía del hospital nada más, eran pocas las parteras, Josefa Basualdo que era mi compañera, la de Valenti, entonces la atendí. la primera esa, He traído, por orden no voy a poder, he traido a los Julio a todos, de los médicos, Iriarte, Cirone, Ruiz, cardiólogo; a los Vila; a los Perramón. a los Geddes, y a todas las compañeras del colegio nomral, a la señora de Ferrandez que era CArmona, a Hilda, a nora Geddes, a los Lejarraga, la de Poverene, alos Esandi, también, intendente,
De partera trabaje del 20, estamos en el 92, hasta el 85, casi nada.
Yo no me acuerdo lo que era dormir una noche entera. Ahora duermo dos o tres horas y si quiero dormir a veces no alcanzo, tengo que tomar alguna pastillita".
Edición de video: Alberto Freinquel, 2024.
Entrevistas: Marcelina de Las Heras (1897-1996).
En 1992, la profesora Emma Vila (en aquel entonces directora del Museo y Archivo Histórico de Bahía Blanca) entrevistó a Marcelina de Las Heras, quien ejerció su profesión de partera en la ciudad entre 1920 y 1985.
Y ahora, al escucharla más de treinta años después, no solamente nos interesan su historia en particular o los apellidos -conocidos- de algunos de los miles de niños que ayudó a nacer.
Nos lleva, además, a revisar las guías de principio de siglo y encontrarnos con los nombres y las direcciones de muchos de los fabricantes de licores y bebidas que ya estaban en Bahía (Balbiani y Cia, Enea Pini, Maraffio y Clement, Concetti, Teodoro Pettersen, incluso Carlos Schröder, con quien luego se asocia el señor De Las Heras, y et al.); a encontrarnos con el nombre de ella y además los de muchísimas otras parteras (como Amelia Acosta, Alejandra Cortina, M. Ferreyra, Teresa de Mata, Elisa Bruno, Isabel Cazenave, Luisa Cigala, Sofía Torres, Palmira Arcuri, Juana Arocena, Moruzzi, Prozorivich, Dello Staffolo - ¡aunque el de ella, en la guia Guemes de 1932 aparece en negritas mayúscula!);
y con la ciudad de esos primeros años del siglo XX que ella alcanza a ver con sus propios ojos;
y lo extraordinario de su decisión de estudiar y trabajar en una época en que no era una posibilidad tan frecuente para las mujeres.
Para ver más allá de la vivencia individual, nos pueden servir las entrevistas, para percibir lo singular de una experiencia, es decir, aquello que es intransferible, en los gestos, en las inflexiones de la voz y en aquello que la memoria selecciona y realza (u omite). Y para ponerle nombre y apellido, y voz, y y el brillo de una mirada y una sonrisa a la historia de nuestra ciudad.
El padre de Marcelina, Guillermo de Las Heras, ya aparecen en la Guía Comercial Ducós en 1913 con su fábrica de licores en Angel Brunel 336.
El sanatorio Central, en Moreno 230