Ante la inundación de la localidad el 28 de marzo de 1884, el Comisario de Policía, Lorenzo Farulla, eleva al Juez de Paz, Sandoval, un informe de la situación.
(Archivo Histórico Municipal, Fondo Juzgado de Paz, 1884)
Bahía Blanca, marzo, 23 /84
Al Sr. Juez de Paz interino, Dr., Don Sandoval
Pongo en conocimiento de Ud. que el 26 del corriente como a
las 3 y ½ pm a causa de las fuertes lluvias habidas en ese y los días
anteriores los arroyos de Napostá y Maldonado se desbordaron repentinamente
inundando con gran fuerza y rapidez la parte baja del pueblo en dirección al
Este, Nord-Este y Sud-Este invadiendo las aguas todas las calles comprendidas
en ese radio.
Tan luego tuve conocimiento del hecho y viendo el peligro en
que quedaban la mayor parte de los habitantes de esa zona tomé todas las
medidas a mi alcance para salvarlas a cuyo fin recogí todos los carros,
carruajes, etc. que pude obtener trasladándome con ellos y los vigilantes a mis
órdenes a las casas invadidas, sacando las familias de las que algunas fueron
recogidas por parientes y amigos pero los más fueron alojadas en los galpones
de la Dirección de Rentas Nacionales e Inmigración cuyos Jefes ofrecieron
espontáneamente desde el primer momento estas localidades a las familias que
hubiesen quedado sin hogar.
Esa misma noche el agua había bajado pero ayer 27 de mañana,
con nuevas lluvias y aguas que venían de las sierras creció de nuevo, sin
embargo ya no ofrecía tanto peligro inmediato porque se había conseguido salvar
a todos los que vivían en los barrios más expuestos y a más el señor Ingeniero
Principal del Ferro-Carril Sr, Gardon había hecho abrir la vía en varias partes
dándole así salida a las aguas, con esta medida se consiguió el objeto
propuesto pues enseguida el arroyo bajó notablemente desapareciendo así el
peligro que amenazaba a este pueblo.
Con respecto a desgracias personales esta Comisaría solo
tiene conocimiento de dos casos, la del individuo Nicolas Gentili que al querer
sacar una pipa del agua cayó en un pozo ahogándose y la del vecino Guillermo
Laborde que al cruzar el paso que va a los Corrales fue llevado por la
corriente siendo inútil cuanto se ha hecho para salvarlo no habiéndose
encontrado aún el cadáver.
Algunos edificios han sufrido daños, los que se conocen
hasta ahora son los siguientes.
A Carlos Bozzano se le derrumbó una pieza de su casa, un
horno de panadero, parte de la cuadra, todo el cerco y un pilar del paredón,
amás tiene tres piezas muy dañadas.
En frente de dicho señor Bozzano se derrumbó una casita de
dos piezas, ignorándose su dueño.
También sufrió bastante el almacén del vecino Sr. Pérez,
desplomándose parte de un cuarto.
A Don Eleuterio González, a inmediaciones del bañado de Giménez
se le desplomó la casa.
A Francisco Chiairi, che vive en el mismo paraje, también se
le derrumbó la casa.
A los vecinos de la calle Zapiola cerca del arroyo, Juan Echevarría,
Josefa Cámara, Juana Lerena y Roberto N. las aguas invadieron las casas
destruyéndolas a tal punto que amenazan desplomarse.
El almacén de Esperoni, cerca de la estación del Ferrocarril
está completamente inundado y el edificio en peligro.
En el almacén de Enrique Bulio cerca del anterior se
desplomó una pared.
En la cervecería del Sr. Gamibni las aguas volcaron una
pared.
En la casa del Sr. Lertora se hundió una letrina.
El almacén por mayor de Pxxxx y Rusell se anegó causando
bastantes daños.
En la chacra del Sr. Echave la creciente se llevó la casa y
todos los muebles poniendo en peligro de vida a los habitantes que felizmente
fueron salvados a tiempo.
Siendo la carne el alimento principal para la mayor parte de
la población y sobre todo para la gente de pocos recursos como lo son casi
todos los que viven en la parte invadida por las aguas. La creciente, Sr. Juez,
impidió poder traer reses de los Corrales de abasto siendo necesario atender a
esos pobres que habían pasado cerca de 24 horas sin comer me ví obligado a
matar los animales que pude hallar en el pueblo para repartirlos entre los
enfermos del Hospital, los asilados en los galpones mencionados y muchos otros
refugiados en casas particulares y el pueblo, empleando en este subministro
durante los días 27 y 28 del actual siete vacas y cuatro terneras, cuyos cueros
están depositados para entregarlos a sus dueños junto con un recibo para que
ellos somo el Sr. Juez lo ha dispuesto, perciban su importe por ese Juzgado.
Se ignoran aún las pérdidas que las lluvias y crecientes
puedan haber ocasionado en la campaña y tan luego se reciban noticias daré a
Ud. datos minuciosos al respecto.
Dios guarde a Ud.
Lorenzo Farrulla, Comisario.
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