sábado, 27 de septiembre de 2025

Los repartos de indígenas en la década de 1880, conferencia de Pablo Arias (26-9-2025)

 


¿Cómo explicar que, a fines de 1878, se enviaran en barco desde Bahía Blanca a Buenos Aires, centenares de indígenas con el fin de ser repartidos para distintas labores? ¿Fue este hecho, acaso, una excepción? ¿O más que un dato perdido entre documentos, informes y memorias es una ventana para pensar en una historia más amplia y compleja?
Para pensar estas cuestiones, Pablo Arias nos invita a revisar el reparto de indígenas en la década de 1880. Entre la Patagonia y Buenos Aires, entre el trabajo doméstico y las labores en obrajes rurales, junto a él recorreremos uno de los procesos fundamentales para comprender el nacimiento del Estado argentino, la consolidación de la economía agroexportadora y la formación de la clase trabajadora en nuestro país.

Conferencia a cargo del Dr. Pablo Arias (Departamento de Humanidades - UNS e Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio, Universidad Nacional de Río Negro):
Viernes 26 de septiembre, 18 hs.
Saavedra 951.


Presentación a cargo de Juan Soria:

“Reparto de indígenas en la década de 1880. Algunas reconstrucciones biográficas desde una perspectiva de género”


Cuando una mañana de mediados de este año le propuse a Ana invitar a Pablo Arias a dar una charla en el Museo, estaba profundamente conmovido. Había estado leyendo Oíd el ruido de forjar cadenas. Vidas de indígenas en la Buenos Aires de 1880 (Investigaciones de la Biblioteca Nacional, 2024) para preparar unas clases, y mi sorpresa fue enorme al encontrar constantes referencias a envíos, por mar, de contingentes de indígenas desde Bahía Blanca hacia la ciudad de Buenos Aires.

En noviembre de 1878, por mencionar un documento citado en el libro, el diario porteño El Nacional señalaba que “la chusma que existe entre los indios venidos últimamente de Bahía Blanca va á ser distribuida entre varias familias de esta ciudad”. Poco después, también desde Bahía Blanca, llegaba la “gente de Namuncurá: 95 indios de lanza, 158 mujeres, 13 cautivas rescatadas con 20 hijos, 3 cautivos varones, 79 muchachos de 5 a 10 años –chinitos– y 72 de 1 a 5 años de edad”.

Menciono estos ejemplos porque me impactaron profundamente. Nunca había leído que desde nuestra ciudad se enviaran contingentes de seres humanos a Buenos Aires para ser repartidos –o “colocados”– como mano de obra en la capital y en el interior de un país que demandaba cada vez más brazos para poner en marcha el engranaje agroexportador. Que a pocas cuadras de este lugar se decidiera enviar en barco a grupos humanos enteros no fue una casualidad: nada de ello puede entenderse sin el avasallamiento sufrido por los pueblos originarios a manos de las tropas argentinas en la llamada “Conquista del Desierto”. Entre finales de 1870 y mediados de 1880, esa campaña marcó un mojón decisivo en la formación del Estado moderno y del capitalismo en nuestro país.

La lectura del libro de nuestro invitado de hoy me recordaba, una vez más, algo en lo que insistimos a diario en el Museo: la historia de Bahía Blanca no puede comprenderse si no se la vincula con la historia nacional y regional. La ciudad no es una polis aislada.

Avanzando en la lectura, el trabajo de Pablo me permitió revisar otro proceso –a mi entender, nodal–: la formación de la clase obrera en la Argentina. El libro presenta una serie de reconstrucciones biográficas que permiten pensar el surgimiento de una masa humana despojada de sus medios de producción y subsistencia, obligada a trabajar en domicilios, obrajes o talleres. Las historias que Pablo narra con enorme pericia relatan un proceso de expoliación y disciplinamiento de la mano de obra en nuestro país. Entre repartos, bautismos forzados, apropiación de niños y desmembramiento de familias, se configura también la dinámica histórica que dio origen a la clase trabajadora argentina, más allá de –y en relación con– la gran masa de migrantes europeos que llegaba en aquellos años.

Pero el libro no se detiene solo en la dominación: también cuenta historias de resistencia. Y esto resulta especialmente valioso. Sin negar las brutales condiciones bajo las cuales los indígenas fueron sometidos en nombre de la libertad de trabajo, Pablo reconstruye relatos de fugas, violencia, silencios ensordecedores y suicidios como formas de enfrentar los suplicios del lugar al que habían sido destinados: golpes, insultos, violaciones y explotación cotidiana. Mujeres, hombres y niños, arrancados de sus territorios y separados de sus familias, resistieron de múltiples maneras.

Mi intención aquí no es reseñar el libro, sino señalar un itinerario posible de lectura y su potencia para el trabajo en nuestro Museo. El minucioso trabajo de reconstrucción de cuatro biografías –cual sabueso o detective, recordando el clásico texto de Carlo Ginzburg sobre huellas e indicios– ofrece un potente ejercicio de historia desde abajo. Estas historias nos recuerdan que la memoria de los olvidados y silenciados por la “enorme prepotencia de la posteridad” es siempre política: supone luchas, resistencias, derrotas y también victorias. Implica relaciones con otros actores: Estado, Iglesia, ejército, policía, médicos, políticos, sociedades de beneficencia. Porque la historia desde abajo nunca es la historia aislada de un grupo, sino la dialéctica entre unos y otros.

A la vez, Pablo elude con un fino trabajo artesanal la tentación de construir una historia trágica que condene a los expropiados a la pasividad. Por el contrario, insiste en su agencia, en sus elecciones y en su capacidad de resistir aun en las condiciones más adversas. De este modo, recupera las vidas perdidas de hombres, mujeres y niños cuyas experiencias fueron decisivas para comprender la construcción del capitalismo en la Argentina.

Leer la historia desde abajo, como propone Pablo Arias, nos invita a desconfiar del triunfalismo del discurso del progreso, a cuestionar lo que se presenta como excepción y a reconocer la potencia ética y política de recuperar la historia de personas reales en contextos reales. Solo así es posible destruir la violencia de la abstracción que los condena, una vez más, al olvido.

CALFUCURA Y BAHIA BLANCA: GUERRA, COMERCIO Y DIPLOMACIA ENTRE VECINOS (1841-1873), a cargo de Sebastian Alioto


 CALFUCURA Y BAHIA BLANCA: GUERRA, COMERCIO Y DIPLOMACIA (1841-1873)


Calfucurá y Bahía Blanca, relaciones interétnicas y frontera, política y violencia, se encuentran geográfica y temporalmente para entablar un diálogo en el que nuestra primera historia emerge interpelándonos con preguntas cuyas respuestas nos resultan aún esquivas.
En el trabajoso camino de historiar e iluminar estas cuestiones llega por primera vez al MAHBB, Sebastián Alioto, doctor en historia, profesor de la Universidad Nacional del Sur e investigador del CONICET, especializado en historia indígena y de las fronteras de la región pampeana y norpatagónica (siglo XVI-XIX), con su charla "Calfucurá y Bahía Blanca. Guerra, comercio y diplomacia entre vecinos (1841-1873)".
El sábado 12 de julio a las 16hs en el MAHBB, Saavedra 951.




 A partir de la irrupción europea en nuestro continente, no solamente los recién llegados, también los americanos nativos se encontraron frente a mundos nuevos, en los que la presencia de gentes extranjeras supuso la necesidad de adaptarse a condiciones antes ignoradas (Merrell, 2000): un caso particularmente notorio fue el de los indígenas de la Araucanía chilena y de las pampas y norte de Patagonia. Crecientemente conectados entre sí, ellos lograron enfrentar primero la expansión imperial, y más tarde las no menos conflictivas y prolongadas vinculaciones ‒aún vigentes‒ con las repúblicas emergentes a ambos lados de los Andes, conservando su autonomía política durante más de tres siglos, con un éxito poco repetido a lo largo de la historia americana. En eso tuvo buena parte, antes que el rechazo y el aislamiento, la apropiación e incorporación creativa de un cúmulo de bienes (animales, plantas, materias primas, tecnologías, artefactos) y usos culturales provenientes del Viejo Mundo e introducidos por los invasores. En la situación de paridad militar que predominó hasta fines del siglo XIX, generando vastas y permeables fronteras regionales constituidas en espacios de fluidas interacciones, los intercambios comercial y simbólico, la diplomacia y la guerra representaron ocasiones de apropiación recíproca; generándose formas sociales y culturales en buena medida híbridas o mes tizas, aunque se mantuvieran, desde luego, las particularidades étnicas y culturales en mayor o menor medida. 




, las sociedades indígenas de la región pan-mapuche representan un caso especial, porque se transformaron profundamente a lo largo de varios siglos, conservando al mismo tiempo su soberanía. Gui llaume Boccara (1998) sostuvo que esa sorprendente supervivencia se debió a la capacidad de absorber los cambios y generar transformaciones –que vio como un caso de etnogénesis (Sturtevant, 1971)- en lo que llamó una “apertura caníbal” hacia el otro. La incorporación de rasgos culturales alógenos fue un instrumento cardinal para las adaptaciones indígenas regionales en una situación de contactos conflictivos, complejos, multipolares y prolongados con los euro peos y sus descendientes culturales. Lejos de cristalizar una cultura estática renuente a las modificaciones, las comunidades nativas supieron tomar y  usar en su provecho todos aquellos instrumentos que, aunque introducidos por sus oponentes, pudieran ayudarlos a transitar lo que sin duda recono cieron como una nueva época; mientras que a la vez buscaban conservar los rasgos básicos e irrenunciables de su propia configuración. De modo que los nativos no tuvieron grandes problemas en adoptar instrumentos de metal, armas, caballos, bienes de consumo como bebidas alcohólicas y tabaco, ropa (Tamagnini, 2020 es un estudio pionero en este sentido); pero no por ello depusieron características fundamentales de su cultura y forma organizativa, como la resistencia a vivir en ciudades, a la monetización y mercantilización total de su economía, o el abandono de la poliginia.
La historia de las Sociedades Indígenas pampeano-nordpatagónicas, montañesas y trans-cordilleranas a partir del siglo XVI en adelante se desa rrolló en el contexto de sus relaciones con las sociedades hispano-criolla y criolla, y se vincula con las profundas transformaciones que tradicional mente han sido examinadas, aunque de manera insuficiente, en el contexto del llamado proceso de “araucanización de las Pampas”. En Argentina, esta explicación antropológica e historiográfica es actualmente objeto de contro versia, en el marco de un debate más amplio que ya ha desencadenado una revisión exhaustiva del tema en todos sus aspectos.
La permanente interacción de sociedades indígenas descentralizadas con sociedades hispano-criollas y criollas estatales generó profundas trans formaciones en la vida de los nativos a todos los niveles de la organización social. Enumeremos algunas:
Apropiación de animales y ganado
Incorporación de textiles
Enfermedades 
Conflictos y armamentos
Comercio e incorporación de bienes de consumo
Viajes
Apropiación de personas

sábado, 20 de septiembre de 2025

Bahia Blanca: entre los arroyos, el puerto y las vías del ferrocarril



para pensar juntos, desde la historia, la literatura, la construcción de ciudadanía o el arte, los casi 200 años de historia de la ciudad:

* cómo fue cambiando la forma de la ciudad, y la propiedad de la tierra, desde la fundación en 1828, con la instalación de la fortaleza, hasta el puerto agroexportador, y la ciudad actual ¿De quién es, de quién ha sido la tierra?


* el proceso de conformación de la población, desde los criollos y aborígenes que llegaron con Estomba y Parchappe, hasta los inmigrantes, los de antes y los de ahora; ¿Quiénes somos los que somos?

* la conexión de Bahía Blanca con el país y el mundo, desde las rastrilladas a las vías de ferrocarril, muelles, rutas, y líneas aéreas; ¿En el confín del mundo o en el centro del mapa?

* los factores de poder económico, desde los pulperos y traficantes de ganado a los grandes propietarios de tierras, la presencia de capital extranjero, y el desarrollo del comercio y la industria local; ¿Chacra asfaltada o polo de desarrollo industrial?

* el mundo del trabajo como espacio de conflicto y negociación, y de formación de identidades; Laburo, laburo... ¿pero cómo?

*  La ciudad como un nudo en el que se articulan el poder municipal con el de la nación y la provincia. La ciudad no es una polis

 

martes, 26 de agosto de 2025

(in)migrantes: peones, albañiles y constructores


Baúles y bultos de tela. 
En nuestra zona, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, a principios de siglo, los inmigrantes de ultramar son en su mayoría varones. (En la zona sí hubo inmigración de familias que se asentaron en diferentes colonias). Hombres que vienen en busca de trabajo, dispuestos a desplazarse hacia donde haya trabajo, según el ritmo de las cosechas, la carga en el puerto, la construcción.

 








A Bahia Blanca llegan en tren,


 

Estación Sud 1884-1909



Estación Sud, 1909 - 2025


Desde 1890, el edificio del Hotel de Inmigrantes, salvo entre 1911 y 1912 fue usado como cuartel militar:



El Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires era el punto desde el que a través de la Oficina de Colocaciones se regulaba, distribuía "los brazos" de acuerdo a los pedidos que recibían.
Ese fue el mecanismo que fracasó acá en Bahia Blanca: la dificultad de articular las demandas locales con ESTA oficina de inmigración.
Por eso, después de dos años, se cierra el hotel de Bahía Blanca y se concentra todo en Buenos Aires. 
Si no tenían parientes, amigos, o algún contacto iban a FONDAS (de las mas variadas condiciones), que eran como los conventillos de Buenos Aires.












porque al principio la mayor parte de ellos iba y venía, trabajando a jornal o por quincena, unos días o semanas como peón en la construcción o en el puerto, o en la cosecha en el campo, o en el ferrocarril; hasta que, si no volvían a su tierra de origen o se iban a algún otro lado, se alojaban como pensionistas en alguna fonda o pensión, hasta que lograban comprarse un terreno, tal como vamos a ver que le pasó, por ejemplo, a Luis Sansoni (procedente de Comano, Trentino, Italia, nacido en 1904)


RECORRIDO POR LA SALA DEL MUSEO

1-  Plano de Pellegrini: la fortaleza, las primeras manzanas. Casas de azotea

Los que construyeron la fortaleza (1828) y las primeras casas de ladrillos (de dónde vinieron?)

 1828 EL PRIMER CONSTRUCTOR BAHIENSE (lnp, 6 de junio de 1960 art. Cabré More)

“De Julián Álvarez solo sabemos que Rosas, entonces comandante general de campaña lo contrata y destina en 1828 para la construcción de los edificios de la Fortaleza Protectora Argentina” Dice, de él que es “profesor de construcción de ranchos y albañil” y en esa condición viene agregado a la expedición fundadora. (viviendas de paja y barro)

Década de1850  don Vicente Caviglia, como maestro albañil, construye las primeras viviendas de ladrillo cocido: progreso considerable si se tiene en cuenta que hasta ese momento el único material de construcción era el adobe o simplemente barro mezclado con paja.

Esto cuenta Joaquín Esandi en sus memorias sobre su actividad como albañil y constructor (1878)   paredes y techos 

Así lucía aún en 1890 una casa de adobe y paja en el centro de Bahía Blanca:

                                           


 

2- Mapa de la Argentina en el confín del mundo o en el centro del mapa para los que llegan


    A fines de este año [1923] empecé a hacerme la idea de emigrar; de Norte América mi hermano me escribía glorias, pero para mí no era posible ir allá, los pasos estaban vedados, lo único se podría emigrar era en la Argentina o México; elegí a la Argentina por su clima templado y fue así que en enero de 1924 empecé los trámites del pasaporte y mientras tanto se concretaba el viaje, trabajaba con un constructor del pueblo en reparación y reconstrucción de casas que se habían quemado.

En ese tiempo tuve varios ofrecimiento de construcción de casas o reparación, no los acepté porque ya tenía el plan para emigrar. En un principio tenía la oposición de mis padres, me decían que tenía un buen porvenir en mi pueblo, después de un tiempo, al ver mi decisión se resignaron- Y al correr la voz que me iba en la Argentina se reunieron varios paisanos que querían ellos también viajar, formamos un grupo de cinco, dos jóvenes de mi edad Sabino Segalla, hijo del constructor en que yo trabajaba, Silvio Pasi, mi primo Camilo Ferrari de 28 años y mi cuñado esposo de mi hermana Barberina 33 años, todos juntos. Y llegó el día del embarque en Génova, un 24 de junio de 1924, en el vapor Garibaldi.

El 22 de julio llegamos a Buenos Aires, el viaje fue muy lindo, buen tiempo, estuvimos parados dos días en alta mar por descompostura de máquinas, después supe que fue el último viaje que hizo este vapor, lo retiraron por viejo.

Sansoni, Luis Ensayo de mi memoria, 1979


3- Escudo Nacional Política nacional, política migratoria. (Fracaso del hotel de inmigrantes en Bahía. Funcionamiento del Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires)

En Buenos Aires paramos en el Hotel de Inmigrantes en Dársena Norte, donde llegaban los empleadores en busca de obreros.

Yo intenté ubicarme en la capital, el trabajo que me asignaron era una demolición de la tienda Londres, calle Pellegrini esquina Corrientes y a continuación se edificaba el gran edificio que aún existe, Trust Joyero y Relojero; para vivir o tener una habitación había que andar por el barrio de Liniers, tomar un tranvía y salir por no llegar tarde, mas de una hora. Ya esto no me gustó, esto representaba en tren ida y vuelta mas de tres horas de viaje y al mediodía almorzar en algún boliche; ya esta pérdida de tiempo no estaba en mis planes.

Esa misma tarde, en el Hotel de Inmigrantes la oficina de Colocaciones había pedido de albañiles para Córdoba y Bahía Blanca, y tenía un carta de recomendación para los frailes de calle Moreno, esa carta me la dieron los frailes antes de salir, me presenté y les manifesté que tenía dos ofrecimientos para trabajar, uno en Córdoba y otro en Bahía Blanca. Me contestaron que tanto Córdoba como Bahía Blanca eran buenas plazas pero me recomendaban a Bahía Blanca por su clima y punto estratégico por ser puerto de mar, Córdoba un clima demasiado cálido para nosotros trentinos, nunca me arrepentí de este consejo.

Al día siguiente cuando fui a la Oficina de Colocaciones del Hotel y manifesté mi decisión de ir a Bahía Blanca. Encontré un constructor de esa ciudad, que se llamaba Sara que buscaba albañiles, nos pusimos de acuerdo en la misma tarde y casi de noche tomamos el tren y viajamos todos juntos, o sea los cinco que salimos del pueblo nuestro de Poia, rumbo a Bahía Blanca.

                                                                                 Sansoni, Luis Ensayo de mi memoria, 1979


4. Espacios de sociabilidad: el vasito fondero. Fondas, pensiones y conventillos


Jamás sufrí tanto frío como ese viaje de noche en tren. Salimos de Italia en pleno verano y llegamos a Buenos Aires en pleno invierno, la ropa que tenía era de verano nada más, recuerdo que nunca sufrí tanto frío ni cuando en pleno invierno y en plena montaña me agarraba esa terrible ventisca de los Alpes. El constructor Sara nos llevó a un Hotel. El Hotel que paramos a nuestra llegada a Bahía Blanca se llamaba Roma, estaba ubicado frente a la Plaza Rivadavia, al lado de la Catedral. Casi a la hora del medio día yo no pude comer porque me batía continuamente la mandíbula, el dueño del hotel señor Torquatti me llevó a la cama, me dio a tomar algo muy fuerte, me cubrió bien y recién a las cinco de la tarde me tranquilicé y pude comer, ya había pasado el temblor, pase un tremendo susto creía de morirme. 

Sansoni, Luis Ensayo de mi memoria, 1979

 

5. Ladrillos (junto a herramientas ferroviarias y de campo)

El señor Sara traía obreros de Buenos Aires y de inmigración, para varios constructores, ya mí me mandaron con un señor constructor, se llamaba José Crocitto, los otros cuatro, a saber, mi cuñado, mi primo, Sabino Segalla y Silverio Pasi. Como eran peones, los llevaron a excavar zanjas para cloacas, en aquella época se construía la red principal de obras sanitarias, el único albañil del grupo era yo.


 

6- El puerto, las compañías ferroviarias, las grandes firmas, y mas adelante, las empresas constructoras de famosos arquitectos:


Empecé a trabajar en una fábrica de caramelos, se hacía una ampliación y modificación, me ha tocado trabajar junto con el hijo del constructor, se llamaba Jeremía, nuestro trabajo era colocación de mosaico y azulejo; después de unos tres meses o cuatro estaba terminado el trabajo, el constructor me dice que no me ocupase yo en buscar trabajo porque él me mandaría a un nuevo constructor muy bueno.

Así pasó, empecé a trabajar con el nuevo empresario que se llamaba Pedro Cabré una de las mejores firmas de la plaza, pero no tuve suerte me tocó trabajar bajo un capataz que no le había caído en simpatía y buscaba hacerme caer mala frente al señor Cabré, no me dejaba terminar ningún trabajo, en la oportunidad que me mandó a colocar un marco de ventana que daba sobre la calle le pregunté a qué altura se debía colocar y gritándome me dice “Usted es el gran recomendado y sabe a qué altura corresponde”, le contesté que yo no era el arquitecto y me di cuenta que él tenía temor que lo iba a reemplazar, la tarde después del trabajo me encontré con un amigo también albañil, que había una buena oportunidad de ir a trabajar en un pueblo cercano había un constructor que buscaba gente, nos pusimos de acuerdo de ir, el empresario nos acompañaba en el viaje. A la mañana siguiente me presenté en la oficina del señor Cabré, le manifesté que no trabajaba más porque no andaba de acuerdo con el capataz, le expliqué mas o menos lo que pasaba; me explicó que eso pasa ya con otros albañiles, me quería mandar en otra obra pero no podía aceptar por el compromiso de ir al campo y más que me gustaba conocer, al pagarme me dio diez pesos más, le hice presente eso, manifestó que me lo regalaba para que me acordase de él cuando volvía a la ciudad.



Para saber còmo siguiò la historia de Luis Sansoni ver aquì  y aquì
















Los arquitectos (1925)

Cabré Moré, Enrique

Luoni, Juan

Manfrin, Humberto

Querel, Justo


Los constructores (o maestros mayor de obra)

Alvis, Antonio

Bartolucci, Miguel

Borelli, Antonio

Cabré, Pedro

Carli, Pedro

Crocitto, José

Chiaravalli, Juan

Garcia y Cia

Gerardi, Anotnio

Germani, Atilio

Guagnini, José

Guarnaccia, Alfonso

Lodolo, Francisco

Luisoni, Francisco

Maronna, Victor

Panno, Francisco

Querel, Justin

Rebollo, Rafael

Rizzo, Jose

Sara, G

Sofía, A

Tieri, Pascual

Tirabasso, Marciano

Torracca, José

Valenti, Miguel 


¿Y los albañiles? ¿y los peones?

italianos, españoles, argentinos en su mayoría.

Así se veía la ciudad




y en los ùltimos años, los peones y los albañiles, ¿de dònde vinieron?



sábado, 2 de agosto de 2025

(in)migrantes: entre el puerto y las estaciones




  

"Inmigrante" es una palabra con varios significados:

Migrantes han sido y siguen siendo todos quienes han llegado, han estado de paso, o se radicaron en estas tierras.
Inmigrante, en el marco concreto de la historia argentina y regional, la usamos para hacer referencia al fenómeno histórico concreto producido desde fines de siglo XIX (con sus promotores, con sus leyes y normativas, y sus mecanismos propios, y con sus varios ciclos y oleadas de diferentes procedencias, hasta el presente).

 Un recorrido por la sala "atando cabos":

0- El edificio: construido en 1890, Sólo entre 1911 y 1912 fue utilizado como hotel de inmigrantes, cuando se alojaron alli los pasajeros que llegaron directamente al puerto de Ing. White en alguna de las nueve naves con las que se intentó hacer la experiencia de inmigración directa. 

1- Mapa de la Argentina: quienes llegan hasta acá hasta 1880 lo hacen en carreta (galera) o en buques de cabotaje, es decir, procedentes de Buenos Aires.

Después de 1884, con la construcción de las líneas férreas, vienen bajando, y llegan en TREN. (familias de colonos en la zona serrana, hombres solos, golondrinas muchos de ellos para trabajar en el campo, en la construcción, en el ferrocarril, etc, etc) requeridos fundamentalmente por la expansión agrícola del sur de la provincia de buenos aires y la cada vez más intensa actividad portuaria de EXPORTACION.

 


                                 

                         

                         

                        


2 ¿Quiénes somos los que somos?

Baúles, cuando vienen en familia, o bagayo (un bulto de lona, tela resistente bien atado, usado a modo de mochila, al hombro, o bajo el brazo, en el que se llevaba los efectos personales, la ropa), la linghiera



Emigrantes - 1908 (https://www.museoemigrazioneitaliana.org/dallitalia-nel-mondo/)





El mecanismo que permitió el flujo constante, fueron las cadenas migratorias que funcionaron al margen de los circuitos oficiales de atracción y asentamiento de inmigrantes: acta de llamada a familiares directos, parientes, compaesanos; y también contratos de trabajo por parte de particulares. Una potente maquinaria de “argentinización”: la escuela, el servicio militar, el uso del idioma, la castellanización de los nombres, los símbolos patrios. La vigencia del IUS SOLIS, la inexistencia, al menos en nuestra ciudad, de "barrios" o "colectividades cerradas".


3 Trabajo y poder económico: Familias de colonos en la zona serrana (Tornquist, Pigüé, Arroyo Corto, etc, etc), y fundamentalmente peones expansión agrícola con toda la variedad de tareas para hacer en el campo (alambradores, cosedores de bolsas, engrasadores, trilladores, cocineros, etc), trabajo en el ferrocarril, en la construcción, en la estiba en las estaciones ferroviarias, en la enorme cantidad de corralones, barracas, depósitos de materiales, en el puerto.


Agencia de colocaciones Carlito, de Carlo Ravasi, Donado 154


Agencia de colocaciones Carlito, La seriedad, de Carlo Ravasi, Donado 154 



Agencia de colocaciones Carlito, de C. Ravasi, "que tiene trabajo para todo el mundo"







4 La silueta de la ciudad Villas suburbanas. De esos primeros alojamientos en el centro de la ciudad se produce una expansión urbana irregular, gracias al loteo de terrenos suburbanos (chacras) que eran propiedad de algunos “vecinos”: así surgen Villa Mitre, La Falda, Tiro Federal, Villa Rosas, La Floresta, Barrio Noroeste, y por un convenio especial con la municipalidad, Villa Harding Green.

5- Espacios de sociabilidad: Fallaba la burocracia y esas políticas oficiales, pero entre tanto a esta zona del sur de la provincia de buenos aires llegan y se instalan miles de inmigrantes. Fondas, 


                                                            

bares, pensiones, funcionan como punto de encuentro de referencia, no solo para alojamiento de los recién llegados sino para entablar los contactos personales que permiten conseguir trabajo, compañía, ayuda, referencias, tanto en la ciudad como en el campo:











6- El Estado Nacional interviene, desde Buenos Aires, con las mejores intenciones pero fracasa:

Hace construir el hotel de inmigrantes, en 1890, pero funcionó ya desde antes de que estuviera terminado y hasta 1993 como CUARTEL MILITAR

Promueve, entre 1911 y 1912 la inmigración directa por el puerto de Buenos Aires, haciendo llegar, durante ese lapso un total de nueve buques. Sin embargo, fracasa porque la mayor parte de los inmigrantes en realidad tienen como destino Buenos Aires u otras localidades al norte; porque no hay acá la posibilidad concreta de acceder a la propiedad de la tierra ni una infraestructura industrial que favorezca la rápida absorción de esa eventual mano de obra.

La que no funciona es esa idea de Sembrar inmigrantesdesparramar inmigrantes:

 


                               








                                       


CADENAS MIGRATORIAS

Una visión de conjunto aquí "Quiénes somos los que somos"


Piernas, tenemos, no raíces

Lo que somos no está en la sangre 

sino en la historia vivida y la experiencia compartida


Algunos recursos que pueden ser útiles:

* Las libretas de Geniale Giretti, (el diario bilingüe de un italiano que estuvo trabajando en Bahía Blanca entre 1905 y 1907)

* El texto de presentación de ese libro, aquí

* Un artículo sobre los trabajadores que construyeron los ferrocarriles en Bahía Blanca (1905-1918), cliqueando aquí se encuentra el link para descargar el pdf.