La Nueva Provincia, 18 de marzo de 1933
EL NAPOSTA SE DESBORDO EN LA MADRUGADA
Esta madrugada la situación se tornaba delicada. En efecto, telefónicamente los vecinos de La Falda, de las calles Caronti, 11 de abril todas cercanas al arroyo Napostá nos inquirían con voz en que trasuntaba inquietud quién o quiénes podrían prestarles auxilio pues el Napostá había comenzado a salir de su cauce en forma que ya inundaba las viviendas. El agua turbia denotaba venir de lejos y amenazaba seriamente a los pobladores.
Otros nos informaban que los vecinos afectados disparaban tiros al aire en demanda de socorro, especialmente en la zona del Parque de Mayo, avisos que de inmediato comunicamos a la policía y al cuarte de bomberos. De otros puntos también pedían auxilio a la misma seccional.
El caudal de aguas del Napostá continuaba avasallando en su desborde y fue así que como a las dos de la madrugada se nos comunicaba que las aguas pasaban ya la Avenida Alem y en las calles céntricas de nuestra ciudad tales como las de Zelarrayán, Buenos Aires y Alsina el liquido elemento avanzaba como nunca habíase visto.
Desde La Falda uno de nuestros reportes nos comunicaba que a la misma hora el agua había subido más de un metro y que tres familias que habitaban en las márgenes del Napostá habían sido recogidas por sus familiares, pues las viviendas de las mismas estaban inundadas. Los caballos, nos agregaba, trabajan con extrema dificultad pues el agua les llega ya a la barriga. Solicitaron nos dijo, los servicios del cuerpo de bomberos pero todos estos abnegados servidores públicos se encontraban en el Parque prestando sus servicios.
LAS CALLES DE LA CIUDAD
A las 2 y 5 de la madrugada un vecino de la calle Lamadrid nos comunicó alarmado que en su zaguán tenía ya cincuenta centímetros de agua y que esta continuaba aumentando. En la calle había más setenta centímetros y continuaba subiendo.
De la calle Las Heras cerca del cruce con Dorrego se nos informó por su dueño que en su negocio estaba inundado teniendo el agua una altura de 50 centímetros.
En la calle Buenos Aires, en la cuadra del doscientos el agua alcanzaba cerca de sesenta centímetros. En las calles San Martín y Belgrano el agua había alcanzado a los cincuenta centímetros. En la calle Chiclana desde el cuatrocientos en adelante hasta el 900 semejaba un río de corriente impetuosa que impedía que los automóviles pudieran transitar, lo que creaba a los vecinos una situación inquietante.
GESTO HUMANITARIO
Esta madrugada llegaron hasta nuestra redacción varios y animosos jóvenes dispuestos a prestar sus servicio para acudir en ayuda de los damnificados. Nos preguntaron al efecto quién o quienes podrían facilitar vehículos para poder llevar a cabo sus propósitos. Nos acordamos del regimiento 5 de infantería y puestos al habla con el oficial de guardia telefónicamente, se nos respondió que todos los carros y camiones estaban ocupadísimos unos en Aldea Romana, donde la inundación cobraba aspectos dramáticos y otros en las inmediaciones del Parque de Mayo en donde el agua había alcanzado una altura y fuerza de correntada alarmante.
EN VILLA MITRE
Pero donde parece que la situación cobraba caracteres más graves eran en Villa Mitre. El Napostá seguía creciendo e inundando calles y viviendas. Muchas familias llegaban hasta la subcomisaría en busca de refugio y otras eran alojadas allí después de haberlas sacado de sus casas que estaban inundadas por el agua.
A las 3 de la madrugada en el salón de la Fotografía Braschi, el agua alcanzaba una altura de un metro.
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INUNDACIONES DETERMINADAS POR LA GRAN LLUVIA
Una lluvia intensa, como desde hacía mucho tiempo no se registraba cayó ayer sobre la ciudad. Precedida de una baja temperatura que había tornado en las primeras horas de la tarde sofocante la atmósfera, la precipitación pluvial dada la fuerza con que se inició y continuó hasta esta madrugada determinó en un tiempo relativamente breve la inundación de casi todas las calles. A las 19.30, o sea dos horas y media después de iniciarse la lluvia alcanzó su máxima intensidad. Impulsada por el fuerte viento reinante el agua se arremolinaba en las calles pesadamente ofreciendo un espectáculo imponente. Como consecuencia de ello, casi todas las calles quedaron completamente anegadas a las veinte horas resultando el transito de los vehículos, particularmente el de los autos, sumamente accidentado. Numerosos coches de tracción mecánica quedaron bruscamente detenidos en s u marcha en virtud del agua que había paralizado sus motores. Los tranvías, como ocurre frecuentemente cuando se registra una precipitación fluvial mas o menos abundante interrumpieron sus servicios una hora después de iniciada la lluvia no reanudándolo en toda la noche.
Una recorrida
Efectuamos una rápida recorrida.
La mayoría de las calles habían quedado en estado intransitable a extremos tales que en las calles Rondeau y Moreno era difícil en tránsito. Los vehículos que se aventuraban corrían el riesgo de quedar allí empantanados. En Rondeau y Viamonte un ómnibus de la línea dos hubo de quedar en medio de la calzada y en Rondeau y Terrada un camión sufrió las mismas consecuencias.
En la calle Chiclana entre las de Villarino y Undiano, el agua arrastró el pavimento de madera dejando la cuadra en pésimas condiciones El agua por otra parte había inundado esa arteria en forma que al llegar al paredón del Ferrocarril Sud semejaba un río.
Las calles Lavalle, Gral Cerri y Soler, Mitre, Blandengues, Almafuerte y Colón quedaron en pocos instantes convertidas en verdaderos arroyos que imposibilitaban el tránsito de los vehículos.
En la Avenida Pringles a la salida del puente sobre el arroyo, el agua de la loma había caído con tal fuerza que desmoronó una gran parte del adoquinado dejando eso convertido en un verdadero peligro pues de llevó los cordones de granito y gran parte de la arteria mencionada.
En cuanto al arroyo está aumentando su cauce en forma alarmante. Este, que generalmente lleva una insignificancia de agua, semejaba en esta oportunidad un río en miniatura en donde advertíase la fuerte corriente y el aumento considerable pues habíase extendido por los terrenos adyacentes.
Los rieles de la via a Huinca Renancó cuyo terraplén fue socavado por las aguas [del Maldonado] en la calle Río Colorado (LNP, 19 de marzo de 1933)

Los juegos infantiles en el Parque de Mayo que han sido barridos por la formidable correntada (LNP, 19 de marzo de 1933)
"El arroyo Maldonado que recibió el excedente de las aguas del Napostá y que se vio convertido no en la masa corriente habitual sino en un torrente impetuoso como puede facilmente establecerse en esta nota gráfica" (LNP, 19 de marzo de 1933)